martes, 20 de septiembre de 2011

Cosas de la vida..

Despiertas un día en la madrugada, te desconectas unos minutos de ese sueño absurdo que no recordarás el día siguiente, le echas una mirada a tu celular y no hay ningún mensaje. La piensas, te piensas, te duele, la extrañas tanto que lloras. Minutos después, te giras para volverte a dormir.
Despiertas al día siguiente, le ganaste a la alarma por cinco minutos. Tomas tu celular y observas que no ha llamado. Te piensas, la piensas, se acaba el instante. Te metes a bañar. Te duele un poco.
Vas camino a casa luego de un día de trabajo aburrido y ya casi a punto de llegar, recuerdas esas llamadas de horas en el tráfico; el tiempo corría rápido con su voz del otro lado del teléfono. Pero no hay nada. Ya no te llama ni la llamas. Te pensará?, lo pensaste unos segundos. Abriste la puerta de tu casa y entraste como si nada hubiera pasado.
Estás en un restaurante, tomando el vino que descubriste a su lado. Te dan la mesa en la que se sentaron alguna vez. Te cuestionas por segundos, por qué recuerdas esa mesa? Te acuerdas que estuviste sentado con ella. Fracciones de segundo. Sigues masticando la comida y le das un sorbo al vino que piensas es tu favorito desde siempre. Ya no es SU vino, ahora es tuyo.
Despiertas un día, luego de recordar un maravilloso sueño. Te metes a bañar, vas a medio camino rumbo al trabajo y volteas a ver tu celular. Hay una llamada suya. Te sacas de onda, pero decides no marcarle. Ves la hora, madrugada. Si quiere llamar, que intente de nuevo.
Estás con tus amigos, tomándote una cerveza, contando sobre el día, escuchando días ajenos. Te llega un mensaje. ¿Cómo estás?. Tanto tiempo y esas son sus palabras. Tus amigos te dicen que no le contestes. Lo haces ya que no estás con ellos. Bien, ¿y tú?. Eso desata una serie de mensajes que se convierten en una cena programada.
Cenan. Hablan. Se desconocen. Te aburres. La bajas del pedestal. Llegas a casa. TE EXTRAÑÉ dice el mensaje. Dudas. GRACIAS respondes. Se acabó. Nada más que decirle. Nada más que sentir. Sólo una cosa. FELICIDAD. Un adiós anunciado lentamente, ha llegado a tu vida. Respiras, suspiras. Ya NO te duele. Ya NO te importa.
Lo que sigue entonces...